No existe un tratamiento específico para la silicosis, pero es importante dejar de estar en contacto con la fuente de exposición al sílice para evitar el empeoramiento de la enfermedad. El tratamiento complementario comprende antitusígenos, broncodilatadores y oxígeno, si es necesario. Se prescriben antibióticos para las infecciones respiratorias en la medida de lo necesario. El tratamiento también comprende limitar la exposición a sustancias irritantes y dejar de fumar.

 

Las personas con silicosis presentan un riesgo alto de contraer tuberculosis (TB), ya que se cree que el sílice interfiere con la respuesta inmunitaria del cuerpo a la bacteria que produce la TB. Se deben practicar pruebas cutáneas regularmente para verificar la exposición a TB. Aquellas personas que se realicen una prueba cutánea y obtengan un resultado positivo deben recibir tratamiento con medicamentos antituberculosos. Cualquier cambio en el aspecto de una radiografía de tórax puede ser un signo de tuberculosis.

 

Los pacientes con silicosis grave pueden necesitar un trasplante de pulmón.

Se presentan tres tipos de silicosis:

  • Silicosis crónica simple: puede hacer que las personas tengan dificultad para respirar y es la forma más común de silicosis.
  • Silicosis acelerada: La inflamación de los pulmones y los síntomas ocurren más rápidamente que en la silicosis simple.
  •  Silicosis aguda: Los pulmones se inflaman bastante y se pueden llenar de líquido, lo que causa una dificultad respiratoria grave y una baja de los niveles de oxígeno en la sangre.